La volatilidad de los mercados es manifiesta. Tan cambiante es la economía que cualquiera que se precie de ser un buen comerciante debe tener una capacidad de adaptación ejercitada y lista para ser llevada a cabo.
Como se puede ver en la imagen de arriba, los avatares mercantiles no escapan a la práctica de venta ambulante: el tradicional carrito de garrapiñadas de plaza San Martín no es la excepción y su borrachín encargado ha decidido dar el salto a otros rubros.
“Se venden: $100” reza el inmundo cartón garabateado que anuncia la disponibilidad de un par de botas tejanas en decorosas condiciones.
Curioso, me acerqué y sin mediar prologo alguno, increpé al ebrio comerciante:
- Oiga, these boots are ment for walking?
- And that's just what they'll do – me contestó sin vacilar
- Que lo parió…- dije, y me retiré pensativo. Analizando posibles relaciones entre Nancy Sinatra y una bolsa de arroz inflado.
4 objeciones:
I like it... I like it a lot. Did I say i like it? I like it a lot. Did I say i like it? Did I say i like it?
Se agradece, estimadísima señora.
Te respondió así en serio?
Si es cierto, me encanta!
Si es mentira, sos malo eh?
Muchas preguntas.
La magia está en la incertidumbre, querida Paula.
Ah, en una apostilla de moda, me compré 2 pares de medias rayadas... viste? cada vez nos unen mas cosas
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