jueves, 26 de agosto de 2010

Garrapiñadas - Anexo

La volatilidad de los mercados es manifiesta. Tan cambiante es la economía que cualquiera que se precie de ser un buen comerciante debe tener una capacidad de adaptación ejercitada y lista para ser llevada a cabo.

Como se puede ver en la imagen de arriba, los avatares mercantiles no escapan a la práctica de venta ambulante: el tradicional carrito de garrapiñadas de plaza San Martín no es la excepción y su borrachín encargado ha decidido dar el salto a otros rubros.

“Se venden: $100” reza el inmundo cartón garabateado que anuncia la disponibilidad de un par de botas tejanas en decorosas condiciones.

Curioso, me acerqué y sin mediar prologo alguno, increpé al ebrio comerciante:

- Oiga, these boots are ment for walking?

- And that's just what they'll do – me contestó sin vacilar

- Que lo parió…- dije, y me retiré pensativo. Analizando posibles relaciones entre Nancy Sinatra y una bolsa de arroz inflado.

4 objeciones:

Lic. Odiola Rutheena (pronúnciese "Rutina") dijo...[Reply to comment]

I like it... I like it a lot. Did I say i like it? I like it a lot. Did I say i like it? Did I say i like it?

Balconito dijo...[Reply to comment]

Se agradece, estimadísima señora.

A.C. dijo...[Reply to comment]

Te respondió así en serio?

Si es cierto, me encanta!
Si es mentira, sos malo eh?

Muchas preguntas.

Balconito dijo...[Reply to comment]

La magia está en la incertidumbre, querida Paula.

Ah, en una apostilla de moda, me compré 2 pares de medias rayadas... viste? cada vez nos unen mas cosas