martes, 4 de enero de 2011

Big Bang --> 2011 --> ?

2010 años han pasado desde que nació el hijastro de un carpintero querusa en alguna parte del Imperio Romano. Ojo, está todo bien con Jesús, bastante trascendió el tipo habiendo nacido en la inmundicia rodeado de cabras y ovejas. Algunos nacimos en quirófanos con todas las comodidades y nos cuesta un huevo recibirnos de abogado. Pero bueno, el tipo tenía una pequeña ventaja… parece que era el hijo de Dios y eso alguna manito seguro le dio. Claro, con un viejo así, cualquiera…
Pero esto no tiene nada que ver con la religión ni mucho menos. Esto tiene que ver con esa cuestión humana de ver para adelante, de imaginar qué nos espera, qué nos deparará el futuro, por ejemplo, este año 2011.
Nos vienen embaucando tupido con lo que se dice que nos depara el futuro. Dónde están las colonias lunares de “2001 a Space Oddisey”? Ni hablar de HAL-9000 ¿Qué pasó con la fusión en frío? ¿Y con “2010, The Year We Make Contact”? eh? ¿El contacto donde está?.
Esta bien, todavía estamos a tiempo de las patinetas voladoras de Volver al Futuro II, pero como anhelo para la humanidad resulta medio una gilada. Además estamos a tiempo para que se acabe el mundo en 2012 – sí, igualito que como se iba a acabar en 1999 y 2000 -.
De modo que le venimos pifiando feo con la predicción, así que “a ver que pasa” sería lo más prudente.

¿Es este un post de Año Nuevo? Sí y no.
Sí, porque de hecho este es un año nuevo. Bah, nuevo-nuevo no es. A lo sumo joven.
No, porque no constituye ningún saludo generalizado a persona indeterminada como he visto en otros blogs, otras páginas, otras vidrieras y en otros volantes de rotiserías que me han dado por la calle. ¿Qué valor puede tener el “Feliz Año Nuevo!” desparramado así, sin verdadero sentimiento y destinado a quien no conozco? ¿O acaso yo me sentí tan agradecido y honrado que fui a la rotisería a retrucarle afectuosamente el saludo a su grasiento patrón? No, señor, no es así. Las palabras vacías no valen tanto como las que llevan el real sentimiento de quien las dice. Mucho menos si ni siquiera las dice, si no que las manda a imprimir y las tira en la puerta de mi casa – sí, te hablo a VOS, regordete comerciante platense, que deseas felicidad a granel para todo el mundo pero le peleas las moneditas del vuelto a cualquiera, y pobre de aquellos que osen declinar el infame “¿te puedo dar un caramelito por 5 centavos?”-.
Se hace extensivo lo anterior a uno de los mas recientes azotes de la humanidad: la denominada “cadena”. Es un caso medio híbrido porque hay destinatarios deliberadamente elegidos pero que el contenido sea generalizado en vez de personalizado, le quita un poco de valor. Pero es otro capítulo
De todas maneras he saludado a mis seres queridos y, de manera personalizada, a todos aquellos que me han saludado a las puertas de este nuevo año (lo cual es muy curioso porque nunca vi un año con puerta).
Igual, poco valor tendría un saludo general por este medio considerando que sólo 2 o 3 mujeres golpeadoras, 6 alcoholicos, 3 ermitaños coprofóbicos, 4 o 5 los opiómanos depravados y un (1) miembro de la Familia Real Rumana son quienes leen estas líneas con frecuencia.
Si me olvidé de alguno, pido disculpas.
(Esta es una enmienda a la regla anterior: son válidas las disculpas total y absolutamente generales y dirigidas a persona indeterminada.)

0 objeciones: