lunes, 2 de enero de 2012

Extractos II


Como no todo es violencia, crimen, gobernadores con tiros en la cara ni yupies que curten la ahoracadita en el exterior, el numeroso staff de Se escucha bien en el fondo? decidió arrancar este 2012 promoviendo el sentimiento más puro. No señor, no se trata del sentimiento que le genera comer fiambrín con mermelada ni lo que siente cuando logra engullir la aceituna que previa y cancheramente revoleó, no. Hablamos del amor y es en esa tónica (agua, más que nada) que reeditaremos en papel un best seller nuestro que está haciendo furor por la zona de Hanoi, Ulan Bator y Ranelagh. FU-ROR mentendés? El título de esta soberbia obra es Hasta las repelotas con vos y se trata de una antología de relatos verídicos que hemos publicado como parte de la colección Romance, también de nuestra autoría. A continuación, les convidamos una pequeña muestra que les va a reventar la cocuza de cultura.



“...Me habían herido. Fue mucho más que un desencanto amoroso, fue devastador. Yo había cambiado tantas cosas por ella: dejé de comer sal, me hice de Excursionistas, empecé a bañarme. Pero no sirvió. Elegí ir a morir de tristeza a la selva más profunda y me entregué a los vicios y a la depravación. Seis días después un indígena me encontró con la boca llena de queso rayado, en un estado místico, haciendole “el meneaito” a un sauce y creyendo que estaba en una fiesta de 15. 
Aprendí de los antiguos pobladores que una mujer santa de la tribu curaba el mal de amores. “Vení gringo” me dijo con acento arrabalero. Ni la cataplasma de mondongo ni las lavativas con bolognesa sirvieron. Me pareció que a los indios yo les generaba cierta curiosidad esfintérica, lo confirmé cuando 6 ó 7 me armaron una reunión de consorcio en el culo. Me volví con el corazón roto y otro tanto el toór, pero sin olvidarte.”
De Estudio casuístico y fenomenológico del Reggianito sublingual, Dr. Igor Bertossi


"Fue en el cotolengo de Claypole cuando te vi por primera vez. Divina, de punta en blanco con tu guardapolvo. Le estabas sacando la espuma de la boca a un paciente, mientras otro interno corría en cuero por el patio al grito de "ES MENESTER GARCHARSE UN POLLO!!!". Me miraste con esa cara de pentotal sódico tan tuya y yo te juro que hubiera querido inyectarte una dosis de pijarolato de vergancio. Tenías sabañones y un inexplicable casco de bombero. Empezaste a cruzar lentamente la habitación hacia mí, pero te detuviste. Te acuclillaste y tu rostro se deformó en una mueca amalgama de goce y dolor. Te levantaste, recogiste el tortazo fétido que acababas de parir y lo estampaste contra una ventana. Mientras los enfermeros te arrastraban gritando y pateando, me guiñaste un ojo y me enamoré. "
De El amor en los tiempos del Claypole. Evaristo McGrouhard



"... Y fue asi que nos conocimos: yo, sentado en la puerta del BBVA tomando aceite Marolio del pico y vos pasaste pisando gente con un mehari. Me preguntaste si tenía hora y me hice el boludo, porque tenía hora pero era mía, no es cosa de ir dando la propia hora por ahí. Te enfadaste con una ternura aborrecible, te sacaste un moco, amasaste a conciencia y lo catapultaste hacia mí entre tu pulgar y tu índice, mirándome a los ojos. Y con tu moco, vino tambien el flechazo. Me subiste al mehari y me llevaste al hospital, después saliste a buscar al hijo de puta del carcaj. Tu venganza fue tu amor... "
De Me secás los huevos. Hitoshi Pietralunga



"...Me acuerdo como si fuera ayer, caminando por esa calle de Belfast pletórica de piringundines, solo, inexperto y asustado. Me llamó la atencion la única puerta que no estaba vomitada y llamé 2 veces. Abrió la puerta Marius, un curioso y pelirrojo enano amish tomando un mate de bosta de vaca. Sin decir palabra indicó que lo siguiera hasta las habitaciones. "A diego, boy" me apuró y yo le garpé con la tarjeta SUBE. Golpeé la puerta del cuarto y del otro lado me respondió una tos seca, tuberculosa. Al entrar te vi por primera vez y así te recordaré siempre: estabas recostada en un sillon con un disfraz del Acertijo y fumando un salame tandilero. "Just a moment, dear" te excusaste para retocarte frente al espejo: te pusiste los dientes, el pelo, la gamba y te perfumaste los sobacos con una costeleta. Te volteaste y caminaste hacia mi. El ruido cárnico que producian tus muslos al rozarse era entre ensordecedor y excitante. Me preguntaste "petuso or a game of twister?" y yo te dije "petuso... después vemos". Hoy, 5 años después, ya no te conocen más como Chlamydia Olivia, sino como la madre de mis hijos."
De La camerusa o la vida. Arturo Salampata




Última fotografía del Dr. Bertossi antes de su expedición al Impenetrable Chaqueño








2 objeciones:

Vale dijo...[Reply to comment]

1, 2, 3, probando, hola, hola, sí, sí, hola, hola...

A.C. dijo...[Reply to comment]

El estudio debe estar teniéndote recluido... el pueblo quiero que vuelvas. Oh sí!